Conseguir que un smartphone se plegara fácilmente era un sueño que parecía complicado hacer realidad. El reto más evidente era conseguir que la pantalla se doblara. Y que se pudiera hacer cientos de miles de veces sin que sufriera daños. El segundo reto, menos evidente, pasaba por diseñar una bisagra que permitiera realizar el movimiento de apertura y cerrado del terminal en cuestión.
Samsung, en su tercera generación de terminales móviles plegables, ha perfeccionado la tecnología que permite solventar ambos retos. Y lo ha hecho hasta el punto de conseguir que la pantalla sea hasta un 80 % más resistente y duradera que la de las generaciones anteriores y con el atractivo adicional de que los terminales plegables Galaxy Z Fold3 5G y Z Flip3 5G son resistentes al agua con certificación IPX8. El “8” se refiere a la resistencia al agua, mientras que la “X” implica que la resistencia al polvo aún no está certificada oficialmente.
La bisagra de los terminales plegables Galaxy Z Fold3 5G y Z flip3 5G también mejora, no tanto en resistencia, como en ergonomía, al permitir que la pantalla se abra en un amplio rango de ángulos intermedios entre el estado de apertura y cierre, con firmeza suficiente como para que la posición se mantenga de forma estable. Solo en los puntos de apertura más cercanos a la apertura total o el cierre total, el propio peso del dispositivo hace que no se sostenga en su posición.
Pantallas: resistentes y flexibles sin sacrificar la calidad
Las pantallas plegables de los Z Fold3 5G y Z Flip3 5G son las Foldable Dynamic AMOLED 2X. Que sean plegables no significa que sacrifiquen ningún elemento relacionado con la calidad, como la frecuencia de refresco de 120 Hz dinámica, o la compatibilidad con HDR10+ y el brillo de 1.200 nits de pico. Es más, el modelo Z Fold3 tiene tecnología de cámara frontal bajo la pantalla plegable, así como compatibilidad con el stylus S Pen de Samsung, como ocurre con los Galaxy S21 Ultra 5G.
El secreto de esta nueva generación de terminales plegables está en un diseño de capas ultra delgadas para la pantalla, donde partimos de unas placas metálicas a las que se superponen la propia pantalla AMOLED plegable, un cristal ultra delgado plegable (Ultra Thin Glasss), el protector de polímero y un segundo protector que no está pensado para ser despegado, sino que forma parte de la pantalla, con entidad propia como un elemento integrante de la misma. Este “sándwich” de capas es esencialmente el mismo para el Z Fold3 5G y el Z Flip3 5G y aporta una resistencia notable frente al uso.
Las bisagras de los Galaxy Z Fold3 5G y Galaxy Z Flip3 5G son un compendio de diseño industrial e ingeniería. A través de ellas tienen que pasar los cables que unen las dos partes, tienen que resistir cientos de miles de aperturas y cierres, estar perfectamente alineadas, garantizar su impermeabilización…
La pantalla plegable, además, se queda protegida frente a golpes o roces una vez que el terminal está plegado, lo cual añade un plus de resistencia frente al día a día. La parte externa de estos teléfonos, por otra parte, está protegida por el cristal Gorilla Glass Victus, el más resistente de Corning, la empresa detrás del Gorilla Glasss.
Todos estos elementos hacen posible que la pantalla de los Z Flip3 y Z Fold2 se doble, con una curvatura mínima en la parte de la bisagra, de modo que apenas sí quede hueco entre las dos partes de la pantalla. Que una de las “mitades” de la pantalla, al estar cerrada, no esté totalmente apoyada sobre la otra, lejos de ser una imperfección, es un acierto: protege a la superficie en el caso de que hubiese quedado suciedad encima, como sucede con los portátiles en algunas ocasiones. Estéticamente resulta imperceptible, pero funcionalmente esta circunstancia de diseño es una gran aliada para la durabilidad de los terminales.
Bisagras: rígidas, firmes, suaves y precisas
Las bisagras de los teléfonos plegables Galaxy Z Fold3 5G y Galaxy Z Flip3 5G son un compendio de diseño industrial e ingeniería aplicado a un uso muy concreto: abrir y cerrar la pantalla de estos dos dispositivos. Puede parece sencillo: “bah, es una bisagra”, pero solo pensando que a través de ella tienen que pasar cables que unen las dos partes de estos terminales, tienen que resistir cientos de miles de aperturas y cierres, tienen que estar perfectamente alineadas para evitar que la pantalla sufra tensiones, al tiempo que añaden impermeabilización, podemos darnos cuenta de que, de sencillo, tienen poco.
El movimiento tiene que ser lo suficientemente firme como para que la pantalla no se abra o se cierre cuando no queremos, pero, al mismo tiempo, tiene que ser lo suficientemente suave como para no tener que hacer excesiva fuerza en el movimiento de apertura o cierre. El Z Flip3 5G, sin ir más lejos, puede abrirse con una mano. La mayor parte de las veces lo haremos con las dos, pero el ajuste de firmeza está tan equilibrado que es posible abatir la pantalla con una mano.
La alineación de la bisagra es perfecta, manteniendo una correcta tensión en la pantalla en todo momento: excesiva provocaría su desgaste y escasa haría que la pantalla mostrase “arrugas”. El resultado es un doblez que, aunque es visible dependiendo del ángulo desde el cual miremos la pantalla, pasa desapercibido en el día a día tanto visualmente como táctilmente. Es cierto que al deslizar el dedo se nota dónde está la bisagra, pero no interfiere con la experiencia táctil.
Al principio puede parecer “antinatural” cerrar el móvil cuando no lo usamos, pero en poco tiempo abrir y cerrarlo será un gesto más, que además está perfectamente integrado en la interfaz de usuario de One UI
En el caso del Galaxy Z Fold3, el uso del S Pen tampoco se ve comprometido por la bisagra: el software detecta los cambios de posición en las dos láminas Wacom que permiten usar el S Pen para calcular las coordenadas absolutas en la pantalla. Si se hace mucha presión, la punta del S Pen (especial para el Z Fold3) se retrae para evitar que la pantalla se dañe. El resultado es una pantalla plegable que puede usarse con un stylus.
Bonus track: chásis de aluminio reforzado
Samsung también ha incrementado la rigidez del “esqueleto” de los móviles Z Fold3 5G y Z Flip3 5G con aluminio reforzado. Es una mejora que aporta un extra de resistencia y “estabilidad” para la pantalla, a modo de “armadura” para el teléfono. Si el armazón es menos susceptible de deformarse, aunque sea levemente, menos posibilidades hay de que la pantalla se deteriore.
La impermeabilización de la bisagra, que podría parecer misión imposible, se ha logrado mediante el uso de una combinación de minúsculas gomas y lubricantes que hacen que el agua no entre ni siquiera a través de sus partes móviles. Además, las zonas donde pudiera haber conectores en la parte interior entre la pantalla y la carcasa están aisladas mediante “barreras” de protección adicionales.
Conseguir que una pantalla sea plegable pasa, entre otras cosas, por delimitar su movimiento lo más posible al de abrirse y cerrarse, sin tensiones ni holguras. Para lograrlo, Samsung ha hecho ajustes en todos los componentes que intervienen en el movimiento, optimizando su función y su construcción. Con los Galaxy Z Fold y Z Flip anteriores, Samsung encontró una fórmula que funciona, y en los Galaxy Z Fold3 y Z Flip3 ha optimizado esta fórmula, al tiempo que la ha democratizado, especialmente con el Flip3.
En el tiempo que hemos estado usando estos dos terminales, el grado de confianza que hemos desarrollado hacia esta tecnología es prácticamente idéntico al grado de confianza que podemos tener hacia los terminales convencionales. No hay razón alguna como para tener que tratar a estos teléfonos con un cuidado especial, más allá de cerrarlos cuando no los usemos.
Al principio puede parecer “antinatural” cerrar el móvil cuando no lo usamos, acostumbrados a las pantallas tradicionales. Pero en poco tiempo encontrarás que abrir y cerrar el móvil es un gesto más, que además está perfectamente integrado en la interfaz de usuario de One UI, la capa de personalización de Samsung sobre Android 11 (y Android 12, cuando esté disponible).
Galaxy Z Fold3: ganamos en productividad
Los teléfonos plegables pueden tener dos interpretaciones: en una de ellas, se aprovecha esta característica para hacer que la pantalla sea más grande cuando lo estamos usando. En concreto, el Samsung Galaxy Z Fold3 se despliega para conseguir una pantalla de 7,6’’ con una resolución de 1.768 x 2.208 píxeles, con una relación de aspecto 11,2:9, que es prácticamente cuadrada. En la otra, plegamos el teléfono para que ocupe menos espacio cuando no lo estamos usando. Hablamos, cómo no, del Galaxy Z Flip3 5G.
Cuando el Galaxy Z Fold3 5G está plegado, tiene un tamaño similar al un terminal convencional. La pantalla que se usa en este modo plegado es la “de cubierta” con un tamaño de 6,2’’. El grosor es lo que hay que sacrificar, con 1,6 mm en su parte más gruesa. El peso, por su parte, es de 271 gramos. Ganamos en productividad, facilitando todo lo relacionado con la creación de contenidos, una faceta que tradicionalmente no se ha conseguido potenciar en los teléfonos móviles convencionales y que en el Galaxy Z Fold3 pasa a ser uno de sus alicientes. Además, el consumo de contenidos también mejora notablemente.
Aplicaciones como Google Maps, Google Earth, la navegación web, la lectura de documentos, la visualización de vídeos mientras tenemos otras ventanas abiertas, la presencia en redes sociales, compartir documentos y contenidos entre diferentes aplicaciones o incluso asistir a reuniones virtuales cobran otra dimensión experiencial cuando se tiene una pantalla que es prácticamente la de una tableta, aunque la experiencia de uso sea prácticamente la de un móvil cuando está plegado.
Cuando el teléfono está plegado, podemos tener una experiencia de uso convencional, usando la pantalla de la cubierta de 6,2’’ y 2.268 x 832 píxeles de resolución. Es decir, tenemos lo mejor de ambos mundos, a cambio de unos gramos más de peso y un grosor unos milímetros más prominente. Son dos “más” que hay que tener en cuenta, por supuesto, pero no comprometen la experiencia como teléfono.
Galaxy Z Flip3: ganamos en comodidad y ergonomía
La segunda interpretación de la pantalla plegable la encontramos en el Galaxy Z Flip3 5G: plegamos el móvil para hacer que ocupe menos espacio. Esta interpretación es la que resulta más atractiva para la mayoría de los usuarios. Si la productividad no es una necesidad y nuestras aspiraciones para el móvil son las de usarlo para consumir contenidos, o crearlos cuando se trata de foto o vídeo, así como disfrutar de aplicaciones convencionales de ocio multimedia, mensajería, redes sociales, gaming, fotografía o vídeo, el Galaxy Z Flip3 es una propuesta magnífica.
Cuando el teléfono está desplegado, lo único diferente es la pantalla de 6,7’’, que es un poco más alargada que en dispositivos convencionales. Con 2.640 x 1.080 píxeles de resolución y una relación de aspecto 22:9, permite tener más información a la vista y no interfiere con el uso “normal” que haríamos con otros teléfonos. La ventaja es que podemos aprovechar la pantalla plegable para convertir el terminal en un trípode, por ejemplo, mientras grabamos vídeo o hacemos fotos, o usar dos aplicaciones a la vez con más comodidad que en terminales con pantallas convencionales.
Cuando lo plegamos, se convierte en una miniatura de 8,6 x 7,2 cm, que cabe en cualquier bolsillo, bolso o se lleva en la mano con una comodidad excepcional. Plegado, tenemos las notificaciones e información sobre la hora o el tiempo gracias a la pantalla auxiliar de 1,9’’, que, además, sirve como pantalla para ayudarnos a hacer selfis, por ejemplo. El grosor es algo mayor que en un teléfono convencional, pero no es un problema en ningún caso, manteniendo un peso comedido.
El resultado es perfecto: ocupa menos espacio (mucho menos) y la pantalla está protegida cuando está doblado, por lo que no tendremos que tener la precaución habitual con el tema de arañar la pantalla por accidente. Hay que tener cuidado, por supuesto, pero el uso del Galaxy Z Flip3 es mucho más ergonómico y natural que el de un teléfono no plegable. Estéticamente, el teléfono plegado es sumamente bonito y atractivo; y desplegado, añadimos más pantalla, lo cual beneficia a las aplicaciones, que ofrecen más información o muestran más contenido cuando activamos su uso a pantalla completa. Además, la auxiliar añade nuevas formas de interactuar con el teléfono.
Innovación al alcance de todos
Los teléfonos plegables alcanzan un grado de madurez excepcional en estos dos terminales, en los que la pantalla plegable deja de ser un reto y se convierte en una solución para dos tipos de usuarios bien diferenciados: los que buscan maximizar la productividad en escenarios profesionales, y los que buscan maximizar la ergonomía, la comodidad de uso y tener un terminal atractivo y divertido en escenarios de estilo de vida y ocio digital.
Además, los Galaxy Z Fold3 5G y Galaxy Z Flip3 5G están al alcance de una audiencia más amplia que en otras generaciones, tanto por precio, como por durabilidad, resistencia y funcionalidad. El proceso de innovación que inició Samsung hace dos generaciones llega ahora a su madurez en esta nueva generación de terminales con pantallas plegables.
Imágenes: Samsung